El dado dinamita, presentado por Jansenson
Los magos no explican sus trucos, pero hay excepciones. Estén atentos… ahora verán… ante sus ojos!
Paul Daniels en un programa de la BBC
Hay muchos casos similares, por ejemplo el juego de la bolsa y el huevo, muchas veces se explica; parece que el truco es torpe, que todos lo han visto, pero no podemos estar seguros. Cuando picados por el morbo captan nuestra atención, viene la sorpresa… magia!
Yo recordaba otro ejemplo, que no he sido capaz de encontrar en internet, lo vi por televisión hace tiempo (just for laughs, creo que pudo ser el programa); el mago hacía que unas canicas pasaran de un lado a otro de la mesa, después se disponía a explicar: desmontaba la mesa, dentro había juguetes (camiones, trenes, grúas de juguete) que, de manera complicada y lenta iban transportando las canicas hasta otro punto, de donde las recogía.
No se trata de revelar ningún truco en realidad, sino de hacer una parodia de estar revelando. En la explicación está lo cómico, y también lo sorprendente: en el sistema que es tan deliberadamente complejo y aparatoso que nos vamos dando cuenta, cada vez más, de que no nos está explicando nada sino que nos está liando. En este caso vemos con ironía que los trucos no son útiles o factibles así que lo que ha hecho al principio deberá será magia. En otros casos, visto que se trata de hacer trucos (sencillos, factibles), aunque no sepamos como, inducimos que ese efecto final también es un truco, un truco más complicado que no nos van a revelar.
El resultado siempre es cómico, al contrario de lo que ocurre con otras narraciones que tampoco se deben explicar: los chistes.
Este post tiene aportaciones vía el foro MagiaPotagia